“Mi pelea con Marlene viene desde que conoció a ese atorrante con el que sale”, aseguró el empresario Pepi Wipplinger quien tendría la sospecha que su hija Marlene pretende quedarse, mediante alguna maniobra fraudulenta, con todo el paquete accionario de Primera Edición y la radio FM 89.3 “Santa María de las Misiones”, y por eso se niega a llamar a una asamblea obligatoria del directorio, porque sabe que podría perder todo el poder. ¿Cómo se va a zanjar ahora esta situación irregular? Ésa es la gran incógnita.
MARLENE WIPPLINGER SE NIEGA A REALIZAR UNA REUNIÓN DEL DIRECTORIO DE PRIMERA EDICIÓN
Cuando Franciso José Pepi Wipplinger, el conocido empresario dueño de FJW, dijo “mi pelea con Marlene (su hija y directora del diario Primera Edición), viene desde que conoció a ese atorrante con el que sale”, se refirió a José Antonio Piñeiro Iñíguez un ex empleado del Citibank, banco al que le habría perpetrado una defraudación en complicidad con otros también ex trabajadores de esa entidad financiera. Esa manifestación, el empresario de los camiones y de otros rubros empresariales la hizo en una causa del Juzgado de Familia 3, de Posadas, donde se tramita, en el expediente número 54687/2023, un proceso de “Declaración de Incapacidad – Restricción de Capacidad”, de la señora Luisa Carlota Fuchs, ex esposa de Pepi y madre de Marlene –y otros tres hijos más-, Luisa Carlota Fuchs, quien desde 2019 padece del “mal de Alzheimer”.
Fuentes allegadas a la familia Wipplinger aseguran que a Pepi no le queda ninguna duda que hace unos siete años, cuando inició una relación sentimental con Piñero Iñíguez, “Marlene cambió radicalmente, y se volvió muy codiciosa, a punto tal que comenzó a tener comportamientos extraños”, con el manejo del dinero en la administración del diario.
La directora de Primera Edición conoció a Piñeiro Iñíguez en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), cuando viajó con el objetivo de buscar un departamento para su hija que iba a ir a cursar estudios universitarios en esa ciudad, y que Pepi decidió comprar. En la búsqueda del inmueble Marlene tomó contacto con Piñero Iñíguez, quien en sociedad con otras personas, era el propietario de un edificio en el cual ella eligió el departamento. A los pocos días, Pepi viajó y juntamente con Marlene cerraron la operación con Piñeiro Iñíguez, a quien el empresario le entregó 80 mil dólares en efectivo y el resto cuando tomaron posesión del apartamento. La forma al contado, en efectivo y en dólares con que Wipplinger cerró el trato, habría impresionado mucho a Piñero Iñíguez.
Al poco tiempo, Wipplinger realizó una fiesta en su Estancia La Pelada, en Corrientes, y Marlene llegó en compañía de Piñero Iñíguez, quien fue presentado como su novio.
Dicen que Pepi ubica ese momento como el punto de inflexión en el comportamiento de su hija respecto al manejo del dinero y de las empresas del grupo FJW.
Además, sostienen que Pepi cree que la semilla que despertó en Piñeiro Iñíguez el “amor” por Marlene, fueron los 80 mil dólares de adelanto por el departamento que le compró en CABA, y que completó con otros 80 mil de la misma moneda, a los pocos días. Después, el ex empleado del Citibank empezó a conocer toda la fortuna de los Wipplinger, principalmente la Estancia La Pelada.
SUSPENSIÓN ESCANDALOSA DE UNA REUNIÓN DEL DIRECTORIO
En el directorio de Primera Edición Pepi Wipplinger siempre se desempeñó como presidente y su hija Marlene como vicepresidenta, además de ser la directora del diario.
Pero el año pasado, el empresario, primero cansado por las desavenencias que tenía con su hija, en relación al manejo editorial, y luego por haber descubierto irregularidades en las facturaciones y manejo del dinero que recauda ese medio de comunicación, decidió presentar su renuncia al cargo de presidente con lo cual Marlene pasó a ser vicepresidenta a cargo de la presidencia.
En cuanto al 100 % del paquete accionario de Primera Edición, Pepi, en su momento, decidió repartirlo en partes iguales -33,33 % para cada uno- entre sus hijas Marlene y Carolina Ingrid, y Carlos Arnoldo. En tanto que Claudio, el otro hijo varón, ya había recibido por anticipado la parte correspondiente a la herencia de todos los bienes.
Si bien Pepi presentó su renuncia al cargo de presidente, la misma debió haber sido tratada en una reunión de directorio, con el fin de ser aceptada oficialmente y, al mismo tiempo, para elegir a las nuevas autoridades.
Fue así que Marlene convocó finalmente a esa reunión para el domingo 10 de diciembre del año pasado, precisamente el día que Javier Milei asumió como nuevo presidente de la Argentina.
Sin embargo, en una decisión intempestiva y rayana a la ilegalidad, ella decidió suspender el encuentro cuando el propio padre se presentó y acreditó tener el poder de Carolina y Carlos, para participar y votar en nombre de ellos. Es probable que Marlene haya intuido que iba a quedar totalmente fuera del directorio, y por extensión sería destituida como directora del diario, situación ésta que le causa mucho pánico ya que perdería su principal herramienta de figuración ante la sociedad posadeña y de poder ante el Gobierno y el ambiente político en general.
A pesar de esta situación irregular que se suscitó el 10 de diciembre, hasta el día de la fecha no se llevó a cabo otra reunión del directorio, para tratar la renuncia del empresario y la elección de nuevas autoridades.
“Como padre, me veo obligado a cuidar los intereses de mis hijos Carolina y Carlos, quienes están siendo víctimas de maniobras fraudulentas en su contra”, dicen que argumentó el empresario Wipplinger, para justificar su decisión de participar de la reunión del directorio.