Es conocida su debilidad por los caballos de carrera y las carreras. Con la fortuna que está haciendo con el juego y con la construcción de los dos edificios del IPLyC, uno en pleno centro de Posadas –sobre Félix de Azara, donde estuvo siempre la sede de dicho Instituto-, y el otro sobre la Costanera, también de la capital misionera, Eduardo “Balero” Torres logró montar varios negocios para asegurarse un futuro más que próspero. Uno de esos emprendimientos, sería un hipódromo en Paraguay.