Melnik amenazó de muerte a la adolescente tras violarla

LUEGO DE VIOLAR Y DESVIRGAR A LA ADOLESCENTE, MELNIK LA AMENAZÓ DE MUERTE Y DE HACER ECHAR A SU MAMÁ DEL TRABAJO. “Una vez me quiso obligar a hacer sexo oral, pero yo le mordí la pierna. Por eso me agarró del pelo y me pegó una cachetada y me rompió la boca. Ahí me dijo que le dijera a mis padres que la herida me la hice jugando con el nene. Y me dijo que si contaba algo no me iban a encontrar viva. Fue entonces que empecé a cortarme los brazos intentando suicidarme”. ¿Por qué la adolescente no contó a nadie los abusos y las amenazas de muerte que venía sufriendo de parte de Melnik? Esa pregunta, entre otras, seguramente muchos se van a realizar. Pero, para entender la actitud de la pequeña hay que tener en cuenta varios factores: ella sufre de retraso madurativo, Melnik la golpeó y la amenazaba de muerte y de hacerla echar del trabajo a su mamá. También por la relación íntima, “como si fuesen hermanas”, que tenían desde chica su madre con la esposa del violador, a quien la víctima le decía tía. Sin lugar a dudas el presidente de APoFuSa se aprovechó de todas esas situaciones agravantes, para lograr su depravado objetivo.

EL CLAN GROSS: Protagonistas de esta diabólica historia.

 “Yo quise hacer la denuncia porque Gustavo Mielnik cada vez que me quería llevar a mi casa, porque yo trabajaba en la casa de él cuidando al hijo, él me empezaba a acariciar el pelo, yo le decía que a mí no me gustaba que me tocaran el pelo. Una vez me llevó y en vez de llevarme a mi casa tomó otro camino, y ahí él paró y me empezó a hablar de sexo y a preguntarme si yo quería perder mi virginidad”.

Milagros tenía 15 años cuando trabajó de niñera cuidando a un hijo del funcionario municipal y presidente de APoFuSa, Gustavo Melnik y Vanessa Gross, la jueza de Faltas 1 de Posadas. Hoy tiene 17, y Mensaje de Misiones pudo determinar que ella posee un retraso madurativo, algo que la torna más indefensa que cualquier otra persona de la misma edad, sobre todo en el área cognitiva y de socialización.

“Le dije que por favor no me hiciera más eso, que me deje, lo empujé, y le dije que si me seguía tocando yo le iba a contar todo a mi mamá y a mi papá. Ahí él me dijo que no le iba a decir nada, que si yo decía algo no me iban a encontrar más”.

Este relato que hizo la adolescente, consta en la denuncia que realizó en mayo pasado en la Fiscalía de Instrucción 6, de Posadas, y en la cámara Gesell. En esa oportunidad estuvo acompañada por el abogado Claudio Martínez, quien oficia en esta causa como querellante particular en representación de la menor y su familia.

Melnik fue imputado por el tilar del Juzgado de Instrucción 6, de Posadas, Ricardo Balor y tras la solicitud del fiscal René Casals, por los delitos de “abusos sexuales con acceso carnal, golpes y amenaza de muerte”. Si bien Casals solicitó la detención del violador, el juez prefirió esperar que se practiquen todas las pericias ordenadas en la causa, pero le fijó una caución real de 10 millones de pesos, y le prohibió la salida del país, acercarse y/o hablar con la víctima. Todas estas medidas, presuponen que para la Justicia existe semiplena prueba de que Melnik es culpable de todos los delitos que se le imputan, a pesar de que faltan realizarse varias diligencias todavía.

 LA PASTORA ESCUCHÓ LOS GRITOS DE MILAGRO Y SUBIÓ

 “Después de eso, le dije a mi mamá que no quería ir a trabajar, que no me sentía bien, y por eso no fui por una semana”.

Gustavo y su esposa Vanessa vivían y siguen viviendo en la planta alta de la casa del conocido pastor Héctor Gross, de la iglesia Jesucristo Nombre Sin Igual (JNSI). En esa vivienda también reside el religioso con su segunda esposa la pastora Griselda.

“Después de una semana, volví porque la tía Vanessa quería que le cuidara al nene. Ella salió, y yo me quedé jugando con el hijo”. En esa ocasión “Gustavo salió de su dormitorio, sacó al hijo afuera y a mí me agarró de la muñeca y me llevó arriba, y me empezó a obligar que yo le besara. Entonces empecé a gritar, y justo llegó a la casa la pastora Griselda, quien al escuchar mis gritos subió. Ella preguntó qué estaba pasando, por qué los gritos, y por qué el nene estaba afuera. Gustavo había entrado a la pieza y dijo que salió para ver qué estaba pasando”.

¿Por qué Milagros no le contó nada a la pastora Griselda, a la jueza Vanessa o a sus padres?

Evidentemente, estaba muy aterrada por las amenazas de muerte que le había hecho Melnik y porque además le amenazó que le iba a hacer echar del trabajo a la mamá, que es una empleada pública municipal de Posadas. También es importante tener en cuenta otros aspectos del contexto en que se produjo este hecho, y que son muy importantes para la investigación: ella sufre de retraso madurativo, su familia necesitaba el dinero que ella ganaba como niñera y por la relación íntima, “como si fuesen hermanas”, que tenían desde chica su madre con Rossana Gross, la esposa del violador, a quien la víctima le decía tía desde que chiquita, desde cuando aprendió a hablar.

Sin lugar a dudas, el presidente de la Asociación Posadeña de Fútbol de Salón (APoFuSa) se aprovechó de todas esas situaciones para lograr su depravado objetivo. Melnik está imputado por los delitos de “abuso sexual y amenaza de muerte”, fue citado a indagatorio, se presentó y se negó a declarar, asesorado por su abogado, Ramón Oscar “Negro” Camargo.

ABANDONARON LA IGLESIA

La mamá de Milagros no solamente fue íntima amiga de Vanessa, la esposa de Melnik, desde los 12 años (hoy tiene 47 años), sino que, por esa relación, pasaba más tiempo en la casa del pastor Gross que en su propia vivienda, y se congregó durante 35 años en la iglesia JNSI, que pastorea el mencionado líder religioso.

Mensaje de Misiones pudo saber que cuando Milagros decidió contarle todo lo que había sucedido, su mamá intentó hablar con Gross, pero éste solamente aceptó mantener un diálogo corto con ella por teléfono, y no hizo nada de lo que debió haber hecho como pastor, en situaciones de esta naturaleza. Por esa razón, la mujer decidió abandonar la iglesia junto con su hija, y frustrada por la forma en que se manejó el pastor decidió no volver a congregarse en ninguna iglesia.

EL DRAMÁTICO Y PERVERSO DESENLACE

Después de ese día que sufrió la cachetada en la boca, Milagros faltó unas dos semanas al trabajo “y ahí empecé a cortarme los brazos intentando suicidarme”.

“Cuando volví a trabajar, ese día fue que me violó. El hijo estaba durmiendo, y la esposa no estaba en la casa. Él me agarró del cabello, me arrastró hasta la pieza de él, donde tenía una soga arriba de la cama, con la que me ató los pies. Yo empecé a gritar y él me decía que nadie me iba a escuchar porque no estaba nadie. Entonces me bajó los pantalones y me metió un palo atrás mientras me metía el pito de él en la vagina, y después me refregó por toda la cara”.

El primer intento de violación, cuando intervino la pastora Griselda, y la violación, Melnik los cometió en la casa del pastor Gross donde él y su esposa siguen viviendo. El chalet, que está en un terreno de casi media manzana, se encuentra sobre calle San Ignacio (o Bolivia), a una cuadra de la avenida San Martín y de la avenida Ituzaingó, detrás del Club de Jubilados de Luz y Fuerza, de Posadas.

Después de la violación “él dejó que me vaya. Entonces vino la esposa de él a buscarme y me llevó a mi casa. Ella no me preguntó nada, porque estaba hablando por celular”.

“ME LEVANTÓ EL BUZO”

En su denuncia, Milagros se acordó también, que una vez, en la misma casa, “yo estaba acostada en el piso (del living) jugando con el hijito. Gustavo se sentó en el sillón, y en un momento me levantó el buzo, y el niño gritó y dijo ’ma, papi le levantó el abrigo a Lela’. Él le pegó y le dijo que dejara de hablar pavadas, y la mamá dijo que la dejaran tranquila porque estaba trabajando”.

Todo los hechos relatados por la adolescente sucedieron entre invierno y verano de 2022, y dijo que por miedo a que le pasara algo a ella o a sus padres, mantuvo todo en secreto hasta que se animó a contar a denunciar al Melnik.

Por solicitud del fiscal Casals, se le realizarán pericias psicológicas a Melnik y a la víctima, y una inspección ocular en el domicilio del pastor Gross, donde sucedieron el intento de violación y posteriormente la violación.

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