La enorme cantidad de mentiras, teorías conspirativas y relatos falsos, no deja dudas que Cristina Kirchner sufre de un marcado “trastorno de psicopatía narcisista”. Al mismo tiempo evidencia que padece de “sociopatía” por la gran frialdad que muestra al mentirle a sus seguidores con el fin de manipularlos, sin importarle las consecuencias.
Todos los trastornos relacionados con su personalidad y la gran capacidad de manipulación que posee sobre sus ultrafanáticos seguidores, la ex presidenta los puso de manifiesto como nunca antes, luego de ser confirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación la sentencia a 6 años de prisión por haberle robado al Estado argentino (que es robarle a los indigentes y a los pobres) miles de miles de millones de pesos en connivencia, fundamentalmente, con su socio el ex bancario de clase media devenido en multimillonario de la obra pública, Lázaro Báez.
Por otra parte, un importante número de argentinos expuso su extremado fanatismo y enajenación a Cristina FK, al manifestarse esta semana en Plaza de Mayo en su apoyo y en contra de lo resuelto por la la Justicia argentina. Son como androides o zombies que dejan que ella piense y actúe por ellos, y le creen todas sus mentiras, teorías conspirativas, falacias y relatos mentirosos.
Al mismo tiempo, los fundamentalistas de cristinas revelaron su gran anomia, al carecer de principios y normas elementales, por aceptar sin chistar que ella se hizo multimillonaria robándole millones de dólares a los argentinos, por medio de la obra pública, tal como se demostró en la investigación judicial, con numerosas pruebas.
También quedó en evidencia que existen bolsones importantes de personas de distinto nivel socioeconómico, que están enviciados por los espejitos de colores del populismo fiscal.
¿Qué es el populismo fiscal? El gasto demagógico y sin límites de dinero del Estado, que genera un enorme déficit fiscal, el cual es cubierto con una emisión monetaria sin ningún tipo de respaldo, acción que se asemeja a emitir cheques sin fondos.
Finalmente, Cristina Kirchner, los políticos de su espacio y del peronismo, como así sus fanáticos seguidores, revelaron que carecen de un real comportamiento democrático,0 y que son antirrepublicanos, al atacar despiadadamente a la Justicia, uno de los tres Poderes de la República Argentina, con argumentos mentirosos, conspirativos o falaces.
EL LADO BUENO DE LA CONCENTRACIÓN
El lado positivo de esa manifestación es que también evidenció que cada vez hay menos gente que cree en los caudillos (o las caudillas) demagogos (o demagogas) que ofrecen soluciones mágicas que significan gastar miles de millones de dólares, que el Estado argentino no tiene, porque el último gobierno cristinista (al igual que los 12 años anteriores, entre 2003 y 2015), de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, fue extremadamente populista fiscal y, en consecuencia, dejó las arcas quebradas y la economía destruida.
Al mismo tiempo se consolida el sector de los argentinos que apoya, aún con sacrificios, las medidas macroeconómicas de este Gobierno, para sacar al país del peor de los infiernos económico y social, al que lo llevó el populismo fiscal.