LA CÁNDIDA ANTO vs LA DESALMADA JUEZA JONES

No solamente la jueza Jones fue desalmada y bestial en su resolución, sino también las dos mujeres policías lesbianas que aceptaron arrebatar a Antonella, de casi 4 años, de las manos de sus padres del corazón que la tienen desde su primer año de vida.
Un caso, dos casos: “Caso Antonella” y “Caso de una jueza bestial”
 “NO SOS CAPAZ DE TENER A TU CARGO A ANTONELLA”, LE DIJO JONES A LUZMILA, Y ENTREGÓ A LA PEQUEÑA A PAREJA DE LESBIANAS
 
Ante tanto desatino, la jueza Toledo puso un poco de cordura y decidió entregar a la pequeña de 3 años y 7 meses, en “guardia judicial”, a su hermana biológica Danila Luzmila Rodríguez, de 19 años. En tanto, el matrimonio formado por Luis Alberto Narciso y Esther Barreto, los padres del corazón que criaron a Antonella durante 3 años y 6 meses –es decir, desde el primer mes de su nacimiento- en “guarda con fines de adopción”, fueron autorizados a tener un “régimen de comunicación y contacto” con la pequeña. La solución definitiva de este caso que conmocionó a Eldorado y tuvo un gran impacto a nivel nacional, se dará cuando la Justicia resuelva la adopción definitiva de Antonella. ¿Será restituida al matrimonio Narciso-Torres, los padres del corazón? ¿Quedará en manos de su hermana Danila? ¿O terminará en poder de la pareja de lesbianas? Es la gran incógnita. Mientras tanto, la madre biológica sigue su derrotero sin rumbo por las calles de Eldorado, presa de una grave enfermedad psiquiátrica, y sin tener conciencia de la vida y, por supuesto, del descomunal embrollo que generó la jueza Jones con su resolución bestial, al arrebatar intempestivamente a Antonella de los brazos de Luis y Esther y entregarla a una pareja de lesbianas.
                       ELDORADO (Especial). La resolución de la jueza Corina Elizabeth Jones fue bestial, sin lugar a dudas, porque, literalmente, con engañifas y en forma abrupta, arrebató a Antonella de los brazos de sus padres del corazón y la entregó a una pareja de mujeres lesbianas que nunca tuvieron contacto con la pequeña, violando así todo proceso gradual de vinculación que se debe llevar adelante en una adopción de estas características, donde, además, no había ninguna urgencia. El único argumento –si se puede llamar así- de la magistrada, para ejecutar ese acto de tanta violencia y maldad, como si se tratase de cambiar de dueño a un oso de peluche, fue decirle a la hermana biológica: “Yo veo que vos no sos capaz de tener a tu cargo a Antonella”, tras lo cual entregó a la nena a la pareja de lesbianas.
Unos 10 días antes, el 22 de noviembre pasado, la jueza había intentado entregar en adopción a Antonella, también en forma casi intempestiva, a otro matrimonio, pero los abogados Juan José Selva Andrade y Sandra Olcese se movieron rápidamente y lograron neutralizar esa medida con una jugada jurídica magistral, al presentar una solicitud de guarda de parte de la hermana, Danila, en base al artículo 607 del Código Civil, que da prioridad a los familiares, tanto en la guarda como en la adopción. Ante esta solicitud, Jones no tuvo más remedio que resolver entregar a la pequeña a Danila, con un régimen amplio de comunicación con los padres del corazón, Luis Alberto Narciso y Esther Barreto. Así, Antonella estaba durante el día con su hermana, todo el tiempo que ésta podía cuidarla fuera de su horario de trabajo en la Zona de Salud III, del kilómetro 11 de Eldorado. Pero el resto del tiempo, y sobre todo a la noche, la pequeña pasaba con sus padres del corazón.
Todo parecía ir sobre rieles, pero llegó el día fatídico. A la mañana temprano del jueves 3, la jueza Jones llamó al celular de Esther Barrios, con quien en ese momento estaba Antonella -mientras Danila se encontraba en el trabajo- y la citó para que se presentara en el juzgado a las 9.30 con la pequeña para, supuestamente, realizar un trámite de rutina. Por supuesto, Barrios sospechó que la Jones le estaba mintiendo y comunicó enseguida a su abogada Sandra Olcese y también a Danila, y ésta a su vez a su abogado Juan José Selva Andrade.
MENSAJE DE MISIONES intentó hablar con Selva Andrade, pero el abogado se excusó al negarse a dar una entrevista por cuanto sobre él y su colega Olcese pesan sendos bozales legales sobre este caso.
 
UNA ESCENA DE GRITOS, EMPUJONES Y MANOTAZOS
 
Como todos sospecharon que la magistrada se traía algo raro entre manos, Narciso y su esposa convocaron a sus parientes para ir hasta el Juzgado de Familia N 1, en el kilómetro 9 de Eldorado. Fue entonces que entró en escena el hermano por parte de madre de Narciso, Juan Dávalos, quien tuvo un destacado protagonismo cuando se puso al frente de los reclamos, y fue la voz cantante, luego de que la Jones dictara un bozal legal contra los padres del corazón y contra los abogados Selva Andrade y Olcese. Cabe señalar que el papel de Dávalos en las manifestaciones llevó a muchas personas a creer que él era el padre del corazón de Antonella, pero en realidad es uno de los tantos tíos no biológicos de ella.
La jueza hizo ingresar a su despecho a Esther con la beba y a la hermana de sangre, y sin mediar explicación alguna ordenó a una empleada judicial que la nena sea arrebatada de las manos de Barrios. Al mismo tiempo, la Jones confrontó a Danila y le dijo “yo veo que vos no sos capaz de tener a tu cargo a Antonella”. Ese fue todo el trámite “judicial” de la magistrada.
Rápidamente Antonella fue llevada a una oficina contigua y entregada a las lesbianas que esperaban ahí escondidas, las cuales intentaron marcharse enseguida del juzgado, pero cuando salieron se encontraron con un nutrido grupo de personas que intentó impedir que se fueran, generándose así una batahola de proporciones, con mucho nerviosismo, gritos, empujones, manotazos y estirones tratando de recuperar a Antonella, lo que obligó a intervenir a los policías que habían sido convocados. En un momento, y en medio del escándalo, la pequeña que estaba “como dopada” en brazos de una de las lesbianas, casi se cae y fue rescatada por un policía que impidió así que se golpeara contra el piso.
Finalmente, y luego de varios minutos de gritería, las lesbianas lograron llevarse a Antonella hacia Posadas, ciudad que hasta ese momento iba a ser su nuevo lugar de residencia.
 
MANIFESTACIONES Y CORTE DE RUTA
 
Al día siguiente, el viernes pasado 4 de diciembre, Narciso y Barreto se encadenaron frente al Juzgado de Familia, mientras que Dávalos y otros familiares organizaron una manifestación a la que poco a poco se fueron sumando numerosos vecinos de Eldorado, que incluso llegaron a realizar un corte en la ruta nacional 12. El reclamo fue la restitución de Antonella a su hermana biológica y, obviamente, a sus padres del corazón.
Ante esta situación escandalosa, la jueza Jones decidió pedir licencia -¿O desde el Superior Tribunal de Justicia le exigieron que lo hiciera cuando Misiones y, principalmente Eldorado, ya causaban vergüenza en todo el país, por su cruel resolución?-, con la supuesta intención de viajar a Posadas, para ver cómo se encontraba Antonella.
Fue en ese momento que entró a tallar la jueza civil y comercial 2 de Eldorado, Lorena Hebe Virginia Toledo, como subrogante natural, quien, tras intervenir en el caso, en horas de la noche del viernes terminó por dictar la restitución de Antonella a su hermana biológica, en forma provisoria hasta que se resuelvan las apelaciones presentadas en la causa.
Finalmente, la pequeña fue trasladada en auto desde Posadas hasta Eldorado ayer sábado a la mañana, periplo que culminó cuando llegó a la casa de su hermana en el barrio “Lomas del Paraná”, del kilómetro 1.
 
 
 
ANTONELLA, UNA HISTORIA QUE DESGARRA EL ALMA
 
El 11 de mayo de 2017 comenzó el “Caso Antonella”. Ese día, Antonella Rodríguez vio la luz por primera vez, en el hospital Samic de Eldorado. Su madre biológica es Liliana Rodríguez, quien actualmente tiene alrededor de 40 años y vive en situación de calle, presa de una grave patología psiquiátrica que le impide tener conciencia de la realidad e incluso ya ni se acuerdo que es madre de Antonella y de otros 4 hijos, de los cuales Danila Luzmila es la mayor. Precisamente, en esa desgarradora condición sanitaria y social quedó embarazada, probablemente de una violación, de la pequeña que quedó el jueves 3 de diciembre en el centro de una controversia de adopción sin parangón en la historia judicial de Eldorado y quizá de Misiones.
Tras el nacimiento, Antonella vivió junto con su madre literalmente en la calle, a la vista de una gran cantidad de eldoradenses, algunos de los cuales hoy recuerdan haber visto hace más de tres años “a una mujer deambular por las calles, con una beba en brazo, sin rumbo cierto y durmiendo donde la encontrara la noche”. Quienes conocen a Liliana sostienen que “tiene una gran y hermosa familia, padre, madre, hermanos y hoy a su hija mayor, con quienes podría tranquilamente vivir, pero no hay caso, porque está uno o dos días en una casa y desaparece, y vuelve a vivir en la calle”.
Ese cuadro triste y desgarrador de la madre y su beba acostadas en una vereda, fue el que descubrió por casualidad el matrimonio formado por Luis Alberto Narciso y Esther Barreto, quienes no podían –y no pueden- tener hijos y por esa razón hacía un buen tiempo ya que estaban inscriptos en el Registro Único de Aspirantes a la Adopción Misiones (RUAAM).
Luego de conversar entre ellos, quebrados de dolor por la situación de la beba que estaba en la calle expuesta no solamente a todo tipo de peligros, sino de enfermedades, resolvieron solicitar su guarda con fines de adopción.
Rápidamente, ante la gravedad de la situación que vivía la madre, se realizaron los trámites correspondientes y Antonella fue entregada en guarda por la Justicia al matrimonio Narciso-Barreto.
Es importante destacar que siempre, desde un principio, el objetivo del matrimonio fue la adopción plena y definitiva, razón por la cual estaban inscriptos en el RUAAM.
Desde el instante en que Antonella fue a vivir con sus padres del corazón, comenzó una nueva vida para ella en la vivienda que ocupan en el barrio Primavera del kilómetro 3 de Eldorado, rodeada de tíos y primos del corazón, pero también en contacto permanente con sus hermanos biológicos, principalmente Danila, quien vive cerca en una casa del barrio Lomas del Paraná, del kilómetro 1. Incluso la abuela y tíos maternos, participaron siempre de los cumpleaños.
En el expediente de adopción se encuentra agregado, el 4 de agosto de este año, un informe oficial contundente de la psicóloga María Belén Vigil Mendoza que, entre otras cuestiones, sostiene que “es evidente entonces que la pareja Barreto-Narciso conforman una referencia afectiva fundamental e insustituible para la niña y que la interrupción en este lazo tendría huellas de consideración en el desarrollo de la intelectualidad y afectividad de Antonella”.

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